Llámenme sentimental. Pero los dos vídeos que vienen a continuación, y que he visto en El sueño del mono loco, me emocionan. El primero muestra cómo una katana parte una bala de pistola disparada contra ella.En el segundo, la gesta se repite, pero contra una ametralladora pesada. La heroica katana parte una, dos, tres, cuatro, cinco, seis balas, hasta que se doblega. La música ayuda a la melancolía, recordando la última y épica escena de la peli El último Samurai, que era lo que era, pero que tenía buenos momentos. Impresionantes las escenas a cámara hiperlenta, donde podemos ver perfectamente las balas.

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