FIASCO
Frank Partnoy
Penguin Boooks
282 páginas
Como ya conté alguna vez por aquí, antes de empezar a hacer el doctorado estuve bastante cerca de entrar en el mundo de las finanzas, y más concretamente en el mundo de los derivados financieros. Tras algunos cursos en el
MEFF, anduve echando el anzuelo en bancos y empresas del sector. Pero la llamada de la selva era más intensa, y me fui a hacer física.
Mantengo un vivo interés por las opciones y los futuros, sin embargo. Es un mundo lo que hay ahí. Y este libro es el relato de alguien que lo vivió desde dentro, en uno de los bancos más poderosos (Morgan Stanley) y en el mercado más potente: el de Wall Street.
Para empezar, veamos alguna explicación básica sobre futuros y opciones. Imaginemos que yo creo firmemente que Telefónica va a subir un montón en bolsa de aquí a tres meses. Lo lógico es que me comprara acciones de Telefónica -las
matildes, las llaman en bolsa a estas acciones, por una peli de José Luis López Vázquez en la que salía llamando a una tal Matilde desde una cabina telefónica-, para venderlas tres meses después, cuando hayan subido. Pero las acciones de Telefónica pueden ser caras y a lo mejor sólo tengo dinero para comprar unas pocas. Digamos que tengo 1000€ y que la acción está a 30€. Sólo podría comprar 33 acciones. En su lugar, puedo comprar futuros sobre las acciones de Telefónica. Un futuro es
la obligación de comprar acciones en una fecha dada. El futuro sobre una acción de Telefónica puede que cueste 3€. Me puedo comprar 333 futuros para comprar Telefónicas a 31€ dentro de tres meses. Y cuando dentro de tres meses las acciones de telefónica estén a 41 €, yo habré ganado una pasta, porque las voy a comprar a 31€ y venderlas a 41€. Esto tiene un problema, claro. Si Telefónica baja y dentro de 3 meses está a 28€, yo sigo estando obligado a comprar 333 acciones a 31€, por lo que perderé 3 euros por cada acción. Como ven, los futuros dan una oportunidad de aumentar el volumen de compra cn el dinero que tenemos. Pero son arriesgados, porque si telefónica se desplomase en bolsa y cotizase a 0,1€, yo seguiría teniendo que pagar 31€ por cada una de las 333 acciones, que ahora no valdrían nada. Un riesgo. Para eso surgen las opciones, en las que yo no compro
la obligación de comprar o vender a un cierto precio, sino
el derecho a hacerlo. Si las telefónicas han bajado mucho, yo no las compro y ya está. Sólo he perdido el precio de la opción. Las opciones son más caras que los futuros, pero son más seguras. Una opción tiene las pérdidas limitadas al precio de la opción. Un futuro no tiene pérdidas limitadas. Las que les acabo de contar son oopciones y futuros sobre acciones, pero también los hay sobre cotizaciones de monedas, sobre tipos de interés, sobre cualquier cosa. Parece a veces una casa de apuestas.
Es un mundo complejo, hay muchas matemáticas detrás y es apasionante, en mi opinión. La historia de Partnoy cuenta cómo llegó la primer banco mundial en opciones y futuros y cómo vivió el
boom de los derivados financieros en los años 90. Narra las prácticas absolutamente poco éticas de los bancos, la absoluta inopia en la que vivían las autoridades económicas federales y las pérdidas multimillonarias (la unidad de bancarrota que utiliza Partnoy son los mil millones de dólares) que sufrieron algunos fondos de pensiones y empresas en aquella época.
El libro es muy interesante. En los primeros dos capítulos hace una estupenda introducción al funcionamiento de estos derivados financieros, y de ahí en adelante comienza la vorágine en la que se nos cuénta cómo se evadían las normas federales de inversión, como se atraía a las empresas a invertir en descabelladas opciones exóticas y cómo, al final, hubo tantas quiebras y bancarrotas. Nuestro protagonista dejó este mundo a los pocos años de entrar en él. Y eso que, como él mismo cuenta, no era especialmente delicado a la hora de la ética. Me recuerda a la historia que narran Rolfe y Troob en
Monkey Business, aunque él trabajaba en otra rama del negocio. Mi nota:
Muy interesante.
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