Hoy estoy triste. El lunes, tras pasar por la facultad por un asunto del doctorado, fui como siempre a saludar a mi camarera favorita, Mar, una señora que llevaba varios años tras la barra del bar de la facultad de Matemáticas de la Complutense. "Mar ya no está, se fue a trabajar a otro lado. Creo que a la Renfe, al AVE o algo así". Me quedé de piedra.
De Mar puedo contar una anécdota CPI, para la que tengo dos testigos. Íbamos tres -dato importante- amigos a tomarnos un algo al bar de matemáticas (siempre íbamos allí, la cafetería de físicas la había cerrado Sanidad). Saludamos a Mar y yo, para hacerme el gracioso, le dije, sin señalar a ningún sitio y con un dedo extendido en el aire: "Anda, Mar, por favor, ponnos
uno". Mar me miró, me conocía, y seguro que pensaba qué clase de chiste podría estar intentando hacer un tipo como yo. No me dio tiempo ni a intentar explicar el chiste. Al cabo de medio segundo se le iluminaron los ojos y con una gran sonrisa sacó teatralmente los
tres tercios de cerveza y los abrió. Brindamos a sus salud. Así daba gusto.
Va por ti, Mar. Ojalá que estés mejor ahora y que tu hijo, tan parecido al Johnathan de Aída, te haya dejado de dar disgustos.
Categorías: Personal , Matemáticas