Hoy, estimados lectores, hablaremos de un efecto físico, termodinámico para más señas, y sin embargo prometo no aburrirles. El efecto Joule-Thomson, también llamado efecto Joule-Kelvin, dice, básicamente, que la temperatura de un gas desciende si se lo somete a un descenso de presión. Este descenso de presión puede conseguirse, de entre otras muchas formas, haciendo pasar el gas a través de ua abertura estrecha.
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¿Y para qué nos cuenta este plasta estas cosas? Con lo divertidos que eran los vídeos de los japoneses...- podrá preguntarse el lector. Pues resulta que es un efecto que todos conocemos pero sobre el que muy pocos se ponen a pensar. Les propongo un experimento:
Coloquen la mano frente a su boca, a unos 5 centímetros, y tomen mucho aire. Empiecen a echar aire sobre la mano, con la boca muy abierta al principio -lo que el vulgo llama "echar el aliento"- y vayan poco a poco cerrando los labios hasta terminar formando con ellos un estrecho orificio mientras siguen echando aire a la misma velocidad -lo que el vulgo llama "soplar". ¿Lo notan? El aliento está caliente, pero el soplido está frío (parezco Coco el de Barrio Sésamo). Al hacer pasar el aliento (inicialmente a temperatura corporal) a través de una abertura estrecha, sufre una compresión y descompresión que provocan el descenso de su temperatura. Ahora ya saben, estimados lectores, cómo funcionan muchos aires acondicionados.
Como dato anexo, el efecto tiene dos nombres porque a William Thomson, coprogenitor del descubrimiento, lo nombraron años después Lord Kelvin. -
Pues vaya mérito, que le pongan su nombre a un efecto que es la mar de sencillo- podrá preguntarse de nuevo el lector. Pues no. Resulta que en Ciencia, no basta con explicar un efecto de forma cualitativa. Antes de Newton, todo el mundo sabía que si sueltas una piedra cae hacia el suelo. Fue Newton el que dijo por qué y cuánto cae esa piedra (aquí Galileo le había hecho un trabajo previo). Y por eso Newton es famoso y los demás no. Pues Joule y Kelvin propusieron una hipótesis sobre la energía interna de los gases en procesos isoentálpicos y, basándose en ella, predijeron los descensos de temperatura de diversos gases pasando a distintas velocidades en cámaras a distintas presiones. Y luego fueron e hicieron el experimento. Y el experimento concordaba con las predicciones de su hipótesis. Eso es hacer Ciencia, y no lo que hacen los timadores que dicen que mirando unas cartulinas llamadas cartas del Tarot te leen el futuro. Por cierto, propongo un experimento: dos grupos de lectores de manos hacen predicciones sobre las mismas personas. Pero unos las hacen leyendo la palma de la mano y otros leyendo las líneas del final de la espalda. Mi apuesta: ambos grupos acertarán lo mismo (es decir, lo que usted y yo).