¡Sálvese quien pueda! Mis historias e histerias de guerra
Javier Nart
Ediciones B, colección Byblos
508 páginas
Yo ya conocía a Javier Nart de aquel programa que pusieron hace muchos años en televisión, "
Jurado Tribunal popular", en el que se simulaba un juicio contra un tema de actualidad (fumar, la eutanasia, y cosas más banales como las cacas de los perros en la calle). Él era el fiscal, si mal no recuerdo. También conocía su faceta de viajero impenitente. Hace poco ha publicado un libro de viajes por Brasil, con su hija. Pero no conocía su etapa de reportero de guerra.
Durante bastantes años, JN se dedicaba a la abogacía entre semana y en verano, Navidad, Semana Santa y más de un fin de semana se agarraba un avión y se iba unos días a arrastrarse entre los tiros en Beirut, El Salvador, Guinea o donde fuese menester. Este libro relata las vivencias de cada una de esas "escapadas"; son breves artículos sobre lo que le pasaba por la cabeza a este hombre cuando triscaba por los montes en compañía de los ejércitos o las guerrillas, buscando fotos o, en ocasiones, colaborando con ellos a un nivel "más institucional". Déjenme que explique esto últiomo con un poco más de detalle. Me sorprendió muchísimo que JN relatara, sin más, cómo el PSOE organizó un vuelo desde Palestina hasta El Salvador para llevar armas a la guerrilla antigubernamental de la contra nicaragüense. El autor habla de cómo Tierno Galván dio apoyo, de cómo Felipe González dio el
plácet, de cómo se organizó todo, de cómo la CIA los pilló e hizo aterrizar el avión en Egipto, confiscándolo todo... Pero allí no pasó nada. Nadie pidió responsabilidades a un partido que financiaba a una guerrilla; no sé, yo no me había enterado hasta leer este libro, pero no es lo habitual en los partidos españoles andar ejerciendo de traficantes de armas, por lo menos tan a las claras...
Por lo demás, JN idolatra a Manu Leguineche y a Arturo Pérez Reverte. Los llama
los auténticos reporteros de guerra. Él se considera sólo un aficionado. Olé por su humildad. La verdad es que ha estado en bastantes sitios, y ha hecho cosas interesantes. Y, efectivamente, es un aficionado comparado con los maestros de
la tribu.
En cuanto al estilo, JN deja bastante que desear. Ahí es donde más se nota que Pérez Reverte o Leguineche le dan cien vueltas. JN escribe mal, entrecortadamente, con frases de cuatro líneas llenas de comas, perífrasis y recovecos. Es difícil leer de corrido, siempre hay que volver al principio de la frase para ver dónde demonios está el verbo. Escribe sus artículos como si fueran alegatos de casación ante un juez de la Audiencia provincial.
La nota que le doy es "interesante, pero tampoco es para tanto" (como bien saben mis lectores, estoy un 95% en contra de las notas numéricas).