Este libro salió hace poco, y reconozco que el protagonista era tan friki que me cayó simpático inmediatamente, haciéndome comprar el libro (14,5 €). Cristopher Boone, según reza la contraportada, sabe de relatividad, conoce de memoria los números primos hasta el 7507 y adora la astronomía y los ordenadores, pero tiene problemas para relacionarse con la gente. Y su vida cambia cuando una noche descubre muerto al perro de la vecina. Al stilo de Sherlock Holmes, su héroe literario, Christopher se pondrá a investigar siguiendo férreamente los dictados de la lógica.
El libro me recuerda un poco a Forrest Gump. Narra la vida a través de un chico que parece claramente un idiot savant, un chico con estupendas aptitudes para algunas cosas pero relativamente incapaz de realizar una vida normal debido a otros tantos problemas de interacción con el mundo.
El libro está narrado por el protagonista, que es completamente lógico en sus interpretaciones de lo que le rodea. Aprovecha cada cierto número de páginas (los capítulos están numerados de forma peculiar: 2,3,5,7,11,13,17... uséase, los números primos) para hacer una disquisición física o matemática o biológica, en plan divulgación, y criticando ferozmente la superchería, y la magufada, id est, la pseudociencia. El libro se lee de un tirón (yo tardé tres horas y pico) y deja un regusto agridulce, ya que las circunstancias que rodean la vida de Cristopher no son las mejores. Muy entretenido y recomendable.

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